La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente es una materia que empieza a ser prioritaria en todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos y administraciones públicas, pasando por las empresas e industrias, hasta los propios ciudadanos. La contaminación de los coches tiene un gran impacto en la actualidad debido al enorme parque móvil que existe en muchos países, incluso en los menos desarrollados. Los vehículos terrestres actuales utilizan combustibles fósiles como el gasoil y la gasolina en la mayoría de los casos, lo que supone una emisión de grandes cantidades de CO₂ a la atmósfera.
¿Qué impacto medioambiental tienen los coches?
Los coches tienen un enorme impacto en la contaminación medioambiental actual, sobre todo, por el uso de combustibles fósiles. Los datos de emisiones del transporte de la UE dejan claro que el transporte por carretera, compuesto principalmente por coches, supone un 71.7 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, muy por encima de otras alternativas de transporte como la aviación o la navegación (que no llegan al 15 % cada una).
Además de la emisión de gases nocivos como el CO₂, los coches también contaminan durante su proceso de fabricación (generación de residuos, consumo de energía…), y al final de su ciclo de vida (cuando no son reciclados y reutilizados de forma eficiente).
También hay que tener en cuenta el proceso de obtención y transformación del petróleo, que causa un gran impacto en el medioambiente (se consume mucha energía para extraerlo y convertirlo en gasolina y gasoil, generando mucha contaminación, e incluso generando ocasionales desastres medioambientales, como los vertidos de petróleo en el mar).
Resumiendo, el impacto de los coches en el medioambiente viene dado por estos factores.
- Emisiones de CO₂ y otros gases contaminantes a la atmósfera.
- Generación de residuos al finalizar su ciclo de vida.
- Proceso de fabricación.
- Obtención y transformación del petróleo en combustible para coches y otros vehículos.
¿Qué es el dióxido de carbono (CO₂)?
El dióxido de carbono o CO₂ es un gas incoloro e inodoro que es necesario para la vida en la tierra, pero que, en cantidades excesivas, tiene consecuencias negativas (como contribuir al calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera, con el consiguiente aumento de temperatura).
Este gas, que se encuentra de forma natural en las distintas capas de la atmósfera, se ve incrementado de forma notable por el uso de vehículos de transporte convencionales, que queman carburantes fósiles para generar energía (produciendo CO₂).
¿Cómo se reparten las emisiones?
Siguiendo un estudio del transporte en la Unión Europea de emisiones de gases de efecto invernadero en relación con el transporte, se puede concluir que el transporte por carretera es el que mayor impacto negativo tiene en el ambiente:
- Transporte por carretera. 71.7 % de las emisiones, de las que un 60.6 % son causadas por coches y solo un 0.4 % por trenes.
- Navegación. Un 14.0 % del total de emisiones.
- Aviación civil. Un 13.4 % del total de emisiones.
En Estados Unidos, los coches también son los responsables de la mala calidad del aire, pues son los culpables de un tercio de toda la contaminación atmosférica existente.
¿Cuánto contaminan los coches con motores convencionales?
Los coches tradicionales que utilizan gasoil o gasolina son, sin duda, los más contaminantes. Aunque en el proceso de fabricación no difieren de otros vehículos en cuanto a generación de contaminación, a la hora de su funcionamiento sí que se convierten en los vehículos que más contaminan.
Las emisiones de CO₂ son nocivas para el aire que respiramos y están creando un problema en las grandes ciudades, por lo que es habitual que se comience a restringir el acceso a ciertas zonas a vehículos convencionales.
Además, la gran cantidad de coches que utilizan combustión fósil en el parque móvil actual, hace que las emisiones de CO₂ diarias sean preocupantes, y se haga necesaria una reducción del mismo para poder apostar por la sostenibilidad.
¿Son los coches eléctricos una alternativa más limpia?
Podemos comprobar como las ventas de vehículos eléctricos se están disparando, y cómo los distintos fabricantes empiezan a ofrecer modelos de este tipo de vehículos en todas sus líneas de negocio. Esto es debido al menor impacto de estos vehículos en el medio ambiente, pues no requieren de una combustión para su funcionamiento, por lo que no emiten CO₂ a la atmósfera.
Sin embargo, este tipo de vehículos suele contar con otros problemas relacionados con la contaminación:
- La fabricación de coches y otros vehículos eléctricos no es tan respetuosa con el medioambiente que los tradicionales de combustión interna.
- Las baterías que utilizan son elementos altamente contaminantes que requieren de un plan especial para su reciclado y reutilización.
Si se tienen en cuenta todos los factores, la contaminación generada por los vehículos que utilizan energía eléctrica es menor que la de los coches convencionales. Optimizando los procesos de fabricación y buscando soluciones para el uso y reciclado de baterías, este tipo de vehículos son una solución a medio y largo plazo para minimizar las emisiones de CO₂ y reducir el nivel de contaminación de la atmósfera.
La contaminación de los coches es uno de los mayores problemas medioambientales a los que se enfrenta la sociedad actual, sobre todo, por la dependencia actual de los carburantes y su alta emisión de CO₂. Este gas ayuda a incrementar el calentamiento global por el efecto invernadero, y en grandes cantidades afecta de forma negativa a la salud de las personas. Además, la fabricación de este tipo de vehículos y la extracción y transformación del petróleo en carburantes, también son procesos que dejan huella en el medioambiente.
Los coches eléctricos, aunque no son 100 % limpios, no generan CO₂ y su impacto en la atmósfera y el entorno es menor que los coches convencionales. Por este motivo, se apuesta actualmente por este tipo de vehículos para reducir las emisiones de CO₂ y apostar por la sostenibilidad.