La energía solar fotovoltaica se está convirtiendo en una de las protagonistas de la transición energética. Cada vez se utilizan más los paneles solares fotovoltaicos para generar energía limpia y ahorrar en la factura de la luz. Pero ¿realmente sabemos cómo funciona esta energía y qué es el efecto fotovoltaico que se da para poder producirla?
Las instalaciones fotovoltaicas aumentan cada año, desde el 2020 al 2022 han prácticamente duplicado su cifra como indica Statista. De hecho, según recogió UNEF en el informe Snapshot of Global PV Markets, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Programa de Sistemas de Energía Fotovoltaica (PVPS), España se consolida como gran potencia fotovoltaica mundial, ocupando el cuarto ranking global de países con mayor potencia fotovoltaica instalada.
De hecho, en 2022 se instalaron 2.507 MW de nueva potencia instalada de energía solar en instalaciones de autoconsumo. Estos datos suponen, con respecto a 2021, un aumento del 108%.
Según los datos recogidos por UNEF, España ya cuenta con 5.249 MW de potencia instalada acumulada de autoconsumo. En cuanto al reparto por sectores, la mayoría de esta nueva potencia, un 47%, se ha instalado en el sector industrial, un 32% en el sector residencial, un 20% en el sector comercial, siendo el 1% restante, autoconsumo aislado.
Estos datos demuestran que cada vez más la energía solar fotovoltaica se está convirtiendo en una alternativa fiable y consistente a la hora de generar energía limpia y de ahorrar en la factura de la luz.
¿Qué es el efecto fotovoltaico?
Aunque se esté instalando mucho este tipo de tecnología solar, no todo el mundo conoce qué es el efecto fotovoltaico.
El efecto fotovoltaico es fundamental en la conversión de la energía solar en electricidad. Se refiere a la generación de una corriente eléctrica mediante la exposición de ciertos materiales a la radiación solar. Esta tecnología, conocida como energía fotovoltaica, ha experimentado un gran avance en las últimas décadas y se ha convertido en una fuente de energía limpia y renovable ampliamente utilizada en todo el mundo.
Al contrario de lo que mucha gente cree, el efecto fotovoltaico no se basa en el calor sino en la radiación, en la luz. Concretamente, en la propiedad de ciertos materiales llamados semiconductores de absorber fotones (partículas de luz) y liberar electrones.
Cuando la luz solar incide sobre una célula fotovoltaica, los fotones que transportan la energía luminosa son absorbidos por el material semiconductor. Este proceso excita los electrones del átomo, liberándolos de sus átomos de origen y generando una corriente eléctrica. La estructura interna de la célula fotovoltaica, compuesta por capas de diferentes materiales, permite separar y dirigir los electrones liberados, creando así una corriente continua.
Factores que afectan a la eficiencia
La eficiencia de una célula fotovoltaica, es decir, la cantidad de energía solar que puede convertirse en electricidad depende de varios factores.
- Uno de ellos es el ancho de la banda prohibida del material semiconductor. La banda prohibida es una región de energía en la estructura atómica del material donde no hay electrones libres disponibles para conducir electricidad. Los semiconductores con una banda prohibida más estrecha son más eficientes en la conversión de luz solar en electricidad, ya que pueden absorber una gama más amplia de longitudes de onda de luz.
- La cantidad de luz solar incidente y el ángulo de incidencia también influyen en la eficiencia del efecto fotovoltaico. La luz solar directa y perpendicular a la superficie de la célula fotovoltaica produce la máxima generación de electricidad.
Sin embargo, las células solares modernas han mejorado su capacidad para capturar y utilizar la luz difusa o reflejada, permitiendo un rendimiento óptimo incluso en condiciones de luz no ideales.
Aun así, en las instalaciones siempre se intenta tener todas las características óptimas para obtener el mejor rendimiento. Si quieres saber cuáles son, aquí te las detallamos.
La energía fotovoltaica tiene numerosas aplicaciones en la actualidad. Desde paneles solares montados en techos residenciales y comerciales para generar electricidad, hasta grandes plantas solares que suministran energía a la red eléctrica.
La energía fotovoltaica también se utiliza en dispositivos portátiles como calculadoras y cargadores solares para teléfonos móviles. Su capacidad para generar electricidad de manera sostenible y sin emitir gases de efecto invernadero ha llevado a un aumento significativo en su adopción como una fuente de energía renovable.
En conclusión, el efecto fotovoltaico es un proceso mediante el cual los materiales semiconductores convierten la energía solar en electricidad. Este fenómeno ha dado lugar a la tecnología de las células solares fotovoltaicas, que se utiliza ampliamente en la generación de energía limpia y renovable. A medida que la conciencia sobre el cambio climático y la necesidad de reducir la emisión aumenta.
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